Carta a un maltratador.

Querida hija,

He decidido irme y espero que entiendas mis razones, ojala nunca tengas que vivir el tormento que he estado viviendo por culpa de ese ser al que tú llamas “papá”. Me duele mucho decirte esto, pero más me ha dolido creérmelo, más que sus golpes ,más que sus insultos. Espero que nunca tengas que soportar que la persona a la que amas te trata como si fueras inferior, o peor, como si no fueras nada. He aguantado lo máximo posible ,por ti, por tu abuelos ,por no causar un revuelo entre la gente, por  no meter a tu padre en problemas, pero esto a llegado a un punto insoportable, esta situación es insostenible y tiene que acabar.

Supongo que no estarás entendiendo nada, tú siempre nos ves bien. Al contrario que a mi, tu padre te quiere mucho y no quiere que sufras, por eso se comporta así delante de ti, pero no te imaginas lo miserable y ruin que puede llegar a ser.

Me lo replica todo, y si se limitara a unas palabras criticas, no habría problema, bueno, no tanto, pero no, va más allá, mucho más. Lo que empieza con una torta puede acaba siendo una paliza casi mortal. Todos esos moratones no me los he hecho en el trabajo, no, desgraciadamente no, son todo fruto de la ira y el mal humor de tu padre.

No puedo imaginarme lo triste que debe ser escuchar todo esto de una persona tan importante como un padre, y se que te costará creerlo, pero es así, ya no tiene remedio.

Las palizas empezaron hace unos meses. Venía siempre muy enfadado del trabajo y yo, en intentos nulos de tranquilizarle recibía numerosos golpes ,tanto físicos como psicológicos. No tenía nada de apoyo por su parte y me sentía vacía. Al principio eran solo eso, meros golpes y guerra psicológica. No solía ponerme la mano encima, bueno, no todos los días,  pero poco a poco se fue convirtiendo en una costumbre y se repetía con más y más frecuencia. Después de los meros golpes que apenas dejaban marca, en el físico claro, paso a las patadas, los puñetazos ,empujones,… todo se puso mucho más negro y yo tenía miedo. Entonces, decidí desaparecer,  por lo menos un tiempo , el necesario para que tu padre volviera a ser el de antes, pero antes de que pudiera irme se entero. Me retuvo. Yo tenía miedo a su reacción, según se había comportado conmigo durante las últimas semanas sería capaz de matarme, pero no, dijo que cambiaría , y lo hizo. Al cabo de varios días la rabia le llevo de nuevo a esos golpes, a esas palizas. No le reconocía ,ya no era el hombre con el que me casé ,el hombre del que me enamoré, había cambiado totalmente .Todo este maltrato a continuado hasta niveles a los que nunca pensé que nunca podría llegar un ser humano con un poco de conciencia, a lo mejor es eso lo que le falta a tu padre. He intentado que cambiara, pero al final he llegado a la conclusión de que todo este daño moral que me ha hecho no se va a arreglar con un simple perdón, me ha causado demasiado dolor.

Hija, no te creas que escribirte todo esto me ha sido fácil, para nada, pero espero que entiendas que no puedo más, que quiero una vida lejos de los insultos y los golpes de ese ser despreciable, que he aguantado demasiado. Que yo también tengo mi autoestima, bueno, la poquita que me ha dejado él. Quiero que te vengas conmigo, no se a donde, pero lejos de esa bestia en la que se ha convertido tu padre.

Eso es todo cariño, supongo que no tengo el valor de decirte todas estas cosas sobre tu padre a la cara ,pero tranquila, esto no se va a repetir, no volverá a retenerme, esta vez no.