Digamos que estoy presente
y casi siempre puntual,
del tiempo vivo pendiente,
ni bien ni demasiado mal.
A través de la ventana
veo arder la canícula
y pienso:Tal vez mañana,
sea buena la película.
Las largas tardes de agosto
no me inspiran demasiado,
soy igual que el mosto
que ni carne ni pescado.
A media tarde cierro
después de tachar el día
y en mi casa me encierro
sin pena ni alegría.
¡Cuánto te hecho de menos!
Es la mitad de mi vida
lo que yo estoy viviendo
sin tener tu compañía.
¡Cuánto te hecho de menos!
Que inmensamente aburrida
es la vida solo siendo
la mitad del alma mía.
Con paciencia y una caña
dicen que todo se pesca,
y aunque la noche te extraña
y empinada sea la cuesta
de vivir esta maraña
tan lejos de tu puerta
cada día es una araña
en un calendario muerta.
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